LOS RETOS EN MEDELLÍN
Por: José Fernando Villegas Hortal
Terminan para Medellín cuatro años de oscuridad ocasionada por una administración llena de desaciertos y críticas por falta de transparencia y una evidente ausencia de gestión, en la que además de prácticas “non santas” de todo tipo, poco fue lo que se pudo avanzar en temas de infraestructura física.
La saliente administración prometió muchas obras que no se materializaron. Un estudio adelantado por esta Seccional Antioquia de la Cámara Colombiana de la Infraestructura mostró que al final del período las obras en materia de infraestructura incluidas en su Plan de Desarrollo, tan solo cumplía con un 59% de avance, y 12 de los 91 indicadores seleccionados presentaban un avance del 0%.
La nueva administración recibe una ciudad con su infraestructura física bastante deteriorada, por lo que la tarea deberá iniciar por recuperar la malla vial, que siempre fue orgullo de la ciudad, los parques, las zonas verdes y prácticamente toda la infraestructura educativa y de salud, que no solo muestra deterioro físico sino abandono.
Pero esa labor de “recuperación” no puede distraer la atención de la actual administración sobre la importancia de construir nuevas obras que le permitan atender adecuadamente su permanente crecimiento y recuperar el atraso que presenta la ciudad en materia de infraestructura física, como consecuencia del rezago que por décadas han tenido en general todas las ciudades del país, producto de políticas mal priorizadas y falta de transparencia de los diferentes gobiernos nacionales y regionales, que nos mantienen aún como un país “en vías de desarrollo”.
En un análisis realizado al interior de la CCI Antioquia, hemos elaborado lo que en nuestro concepto consideramos que debe ser una prioridad en materia de obras para la nueva administración de la ciudad.
Debo empezar por mencionar el Metro de la 80, primero porque es una obra que involucra grandes transformaciones urbanas en un corredor de 13.5 kilómetros en el occidente de la ciudad, en segundo lugar porque es un contrato en ejecución con un valor cercano a los 3.5 billones, en tercer lugar porque su financiación en buena parte proviene del gobierno central, con el que no existe una buena comunicación, y en cuarto lugar porque desde su etapa de pre-construcción ya se han identificado $510.000 millones de déficit que habrá que cubrirlos.
La segunda prioridad deberá estar en la terminación de las obras necesarias para poner en funcionamiento las turbinas 5 a 8 de Hidroituango, porque, como siempre lo hemos dicho, es la única forma de minimizar los riesgos para las poblaciones aguas abajo del proyecto, y porque de esa forma el proyecto puede lograr más rápido el retorno de una inversión que ya superara los 19 billones de pesos.
La tercera prioridad deberá estar centrada en la pronta repotenciación del Vaso Altair y garantizar la pronta construcción del Vaso la Piñuela en el relleno sanitario La Pradera ubicado al norte del Valle de Aburrá, que atiende los residuos sólidos de Medellín y otros 47 municipios del departamento, esto con el fin de que, la ciudad, el área metropolitana y gran parte del departamento no entren en emergencia sanitaria.
La cuarta prioridad deberá estar centrada tanto en los accesos desde Medellín al Túnel de Oriente, cuya ampliación está prevista iniciarse este año, como en gestionar ante el gobierno central los recursos faltantes para garantizar la terminación de los accesos al túnel Guillermo Gaviria Echeverri debido a dos razones: la primera es que el municipio ya aportó un poco más de $500.000 millones en la construcción del primer tramo, y la segunda porque es la forma de impulsar el territorio de Urabá y así quitarle presión migratoria de los pobladores de los municipios, no solo de Antioquia, también de los departamentos cercanos a la ciudad de Medellín.
Si bien, tan solo hemos mencionado 4 prioridades, la nueva administración deberá seguir adelante igualmente con otra serie de proyectos que ya están definidos, pero que por razones de espacio no podemos mencionar esta vez en detalle, entre ellos la modernización de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, el reforzamiento de la red de ciclorrutas, la continuación de la Vía Distribuidora y la construcción de múltiples intercambios viales.
No es menor el reto y la responsabilidad frente a la ciudad que tiene la actual administración, pero a su favor tiene tres fortalezas que nos dan la confianza de que sí harán un buen trabajo, la primera es el hecho de ser la segunda vez que asume esta responsabilidad, la segunda es un equipo sólido y capacitado integrado por personas honestas y la tercera es que su trabajo lo hará articulado con el sector privado, condiciones que para desgracia de los antioqueños perdimos durante los últimos cuatro años.